Yo desde siempre he tomado lácteos (bueno, ya mi madre me ha contado en varias ocasiones la historia de cuando era bebé: que siempre tenía problema para la toma de la leche, siempre estaba con reflujos...), luego pasé a los lácteos 0% (por el tema de la pérdida de peso y luego por el tema de mi poca tolerancia a las grasas por la vesícula biliar) y una vez me adentré en este mundillo de los FODMAP´S eliminé la lactosa; pero... no terminaba de mejorar y ya no sabía con qué probar, qué eliminar, lo único que me quedaba era probar a quitarme los lácteos y... ¡voilà!.
No me voy a explayar en qué mejorado, en qué me ha beneficiado...; sólo os diré que cuando me di cuenta que tenía que eliminar los lácteos de mi alimentación el mundo se me vino abajo: me encanta la leche, los yogures, el queso...; pero, investigando, investigando y siguiendo investigando (porque debía de eliminarlos sí o sí)... ¡¡¡os puedo asegurar que hay vida más allá de los lácteos!!!.
Antes de nada decir que yo no afirmo, ni se me ocurriría, que una alimentación sin lácteos sea sana (gran fuente de calcio); pero en casos de alergias, intolerancias, estómagos delicados... puedo afirmar, desde mi punto de vista, que es lo mejor...
Así pues, en mi próximo post, os hablaré de cómo empezar a eliminar los lácteos de nuestra alimentación (para los que decidan dejar de tomar lácteos) y a vivir sin ellos, ¡porque es posible!.
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